miércoles, 25 de abril de 2018

El chollo de una comisión de investigación en el Congreso: 1.400 euros al mes




¿Puede conseguir fácilmente en su puesto de trabajo un sobresueldo mensual de 1.400 euros? ¿No? Pues eso le pasa por no ser Diputado del Congreso español. Porque ellos no tienen ningún problema: crean una nueva comisión de investigación… y a cobrar.

En lo que llevamos de legislatura se han creado la friolera de 41 comisiones y 8 subcomisiones de investigación en el Congreso de los Diputados. Sin ir más lejos, la semana pasada se crearon cuatro nuevas: una sobre el accidente de Spanair de hace 10 años; otra sobre el siniestro del tren Alvia de hace un lustro; una tercera de seguimiento del Pacto de Violencia de Género y una última para el estudio del modelo policial del siglo XXI. ¿Son necesarias? Sinceramente dudo mucho que un grupo de políticos pueda aclarar lo ocurrido en un accidente de avión si los técnicos aeronáuticos no lo han logrado en una década. Entonces, ¿para qué sirven?

Según los grupos de la oposición, el Gobierno veta sistemáticamente el debate de cualquier tema, por lo que en esta legislatura se han creado muchas más comisiones para que haya actividad legislativa en el Congreso.

Puede que no les falte razón, pero la realidad es que esta táctica nos está costando mucho dinero a los españoles. Según el régimen económico de los diputados que recoge el reglamento del Congreso, las comisiones incluyen bonificaciones extraordinarias para sus miembros destacados que van desde los 704 euros mensuales para los portavoces adjuntos y los secretarios de Mesa a los 1.050 de los portavoces y vicepresidente de la comisión y los 1.445 del presidente.


El número de miembros de cada comisión varía según las condiciones pactadas entre los propios grupos parlamentarios, pero en las últimas creadas se acercan a los 30 y, en ocasiones, sobrepasan ese número.

No todos cobran, pero si casi todos. Sólo pueden recibir el plus aquellos que vean aumentado su rango por ocupar un puesto de relevancia, desde la presidencia a la portavocía. En la práctica, el aumento de las comisiones se traduce en más parlamentarios ocupando puestos de dirección, por lo que más diputados cobran un mayor sueldo mensual. Eso sí, nunca pueden cobrar dos veces por el mismo puesto; si se es portavoz en dos comisiones, sólo se cobra un sobresueldo. Eso se soluciona creando una nueva comisión cuando se cierra la anterior y a seguir cobrando.


Desgraciadamente, los gastos no terminan ahí. Hay que dejar constancia de todo lo que se dice y los servicios de taquígrafas y estenotipistas no dan abasto con tanta comisión por lo que se ha duplicado la contratación externa de los servicios de transcripción. 

Puede que alguien crea que todos estos gastos estén justificados en el correcto funcionamiento de una democracia. Sin embargo, ¿me pueden decir al menos una comisión que haya servido para algo?



lunes, 16 de abril de 2018

Las empresas se enteran a los 6 meses que han sido hackeadas



Nunca me he fiado de la seguridad en internet. Llámenme tiquismiquis pero eso de que mis datos estén alojados en “la nube” o en servidores que Dios sabe dónde están y que esos servidores sean invulnerables a los hackers o que los propietarios de los mismos no se sientan tentados de negociar con esa información tan valiosa, nunca me ha gustado. Las noticias aparecidas últimamente (caso Facebook y otros)  han demostrado que estaba equivocado: el problema es mucho mayor de lo que creía.

Acaba de ser presentado el informe M-Trends, elaborado por la empresa de ciberseguridad FireEye con unos resultados que asustan al internauta más pintado. Según sus datos, en 2017, los ciberdelincuentes estuvieron presentes en las redes de empresas y organizaciones de Europa, Oriente Medio y África (zona conocida como EMEA) una media de 175 días antes de ser detectados, un aumento del 40% con respecto al año anterior (106 días).

Y es que, al contrario de lo que nos cuentan en las películas, donde los ataques son detectados y neutralizados en segundos, la mayoría de las amenazas son invisibles; los virus permanecen en los sistemas internos recabando y transmitiendo datos de las empresas y organizaciones silenciosamente durante meses, hasta que son detectados.

El sector financiero es el más atacado, estando presente en el 24% de las investigaciones de la compañía, seguido por el gubernamental con el 18% y el de servicios empresariales y profesionales con el 12%. Y no escarmientan ya que el 49% de los grupos que habían experimentado al menos un ataque significativo, fueron atacados nuevamente con éxito durante el año siguiente. O sea, que medidas de seguridad, pocas.


Fíjense en los sectores arriba indicados. Usted cobra la nómina, efectúa transferencias e invierte sus ahorros a través del sector más atacado, el financiero. Luego, paga sus impuestos, declara sus bienes o inscribe a sus hijos en el segundo sector más vulnerable, el gubernamental. Y para finalizar, paga su coche o su vivienda, contrata la luz o el teléfono, redacta su testamento o divorcio y le cuenta sus dolencias físicas a los terceros clasificados en esta deshonrosa liga, los servicios empresariales y profesionales (abogados, médicos, psicólogos…). ¿Todavía creen que internet es seguro?


Pero lo que más me asombra es la falta de noticias sobre estos hechos; muy gorda debe de ser la filtración para que aparezca en los medios de comunicación. ¿Cuántas veces habrá desaparecido el dinero de las cuentas de los bancos y no nos habremos enterado? ¿O los datos de los ayuntamientos, comunidades autónomas o gobierno central? Existe una “omertá” entre todos los implicados para no provocar una alarma en la sociedad y apechugan en silencio con los gastos que les provocan los hackers. La pregunta es: ¿hasta cuándo? 

viernes, 13 de abril de 2018

El contactless llega a los cepillos de las iglesias inglesas




Renovarse o morir. O, más bien, digitalizarse o no recaudar. Cansados de encontrar cada vez menos donativos en los tradicionales cepillos, la iglesia anglicana inglesa ha incorporado en 16.000 parroquias, catedrales y centros sociales de todo el país el sistema para hacer pagos con tarjeta conocido como contactless.

La tendencia de llevar cada vez menos dinero encima (sobre todo entre los más jóvenes) y utilizar más la tarjeta de crédito, hizo que los sacerdotes se plantearan una prueba piloto durante el verano pasado en 40 iglesias. Los resultados no pudieron ser más satisfactorios, así que han decidido dar un paso adelante e implantarlo en todos sus centros del país

El sistema, que ya conocemos todos por utilizarlo en restaurantes, gasolineras o supermercados y que ha crecido de forma exponencial en los últimos años, permite hacer pagos de hasta 30 libras sin necesidad de incluir el pin de la tarjeta de crédito.


La nueva tecnología es de lo más completa y quienes acudan a misa podrán usar su tarjeta de crédito o débito, así como otras aplicaciones como Apple Pay y Google Pay. De recaudar se encarga la iglesia y de las soluciones tecnológicas las firmas iZettle y SumUp, dos empresas especializadas en métodos de pago. Según el cofundador de la primera con sede en Suecia, la alianza “es un flechazo originado en el cielo”.

En Reino Unido, la utilización de las tarjetas de crédito se ha multiplicado por veinte en los últimos tres años tras la llegada de la tecnología contactless. Se considera que aporta rapidez e higiene a los establecimientos. Tanto es así que el Banco de Inglaterra se está planteando quitar de la circulación las monedas de más bajo y más alto valor. Y eso, personalmente, creo que es una mala noticia: con las tarjetas, nos controlarán todos los gastos, incluso las donaciones a la iglesia, y vistas las últimas filtraciones (caso Facebook) no me hace ni pizca de gracia que todo el mundo sepa en qué me gasto mi dinero.


Supongo que, tras el éxito obtenido, no tardarán en proliferar los pagos mediante contactless en el resto de las iglesias, en todas las ONG, en actos benéficos y hasta en las rifas de los colegios. Olvídense de la famosa, y socorrida, frase de “no llevo suelto”.

miércoles, 11 de abril de 2018

Mejoras notables en los taxis gracias a Uber y Cabify



“Competencia desleal”; “incumplen la legislación vigente”; “no respetan la ley de una VTC por cada 30 taxis”; “captan clientes en la calle cuando lo tienen prohibido”; “pagan menos impuestos”; “especulan con las licencias”.. éstas (y otras muchas) mentiras son las que nos han contado desde el gremio del taxi durante años para convencernos a los españoles de que los servicios de Uber, Cabify y otras empresas del sector de las VTC, eran ilegales y perjudiciales para los clientes.

La realidad era bien distinta y el único objetivo que han perseguido siempre es blindar el arcaico y perjudicial monopolio que ejercen desde hace décadas, cargándose a la competencia para mantener intacta la privilegiada y muy rentable posición que todavía mantienen los dueños de las licencias de taxi.

Su intento de engañarnos pensando que los españoles éramos unos ignorantes ha fracasado desde hace tiempo y, afortunadamente, algunos taxistas empiezan a cambiar de táctica. La supervivencia hace milagros.


Tras mantener diversas reuniones entre los diferentes gremios y federaciones profesionales de taxistas con la Consejería Regional de Transportes de Madrid, se ha ratificado la modificación del Reglamento de los Servicios de Transporte Público Urbano de la comunidad madrileña en el que se introducen varios cambios y nuevos servicios.

Entre las novedades que destacan está el servicio de taxi compartido. Mediante una App o por la emisora, se permitirá que un vehículo pare a lo largo de un recorrido con un cliente para recoger a otros que vayan a realizar, en todo o en parte, el mismo recorrido, siempre, claro está, que todos los viajeros acepten compartir el taxi y, así, repartirse proporcionalmente el importe de la carrera.  

Otro de los servicios que se introduce, a imagen y semejanza de lo que ya ofrecen Uber y Cabify, son las tarifas fijas, mediante las cuales, los viajeros podrán conocer el importe a pagar antes de subirse al taxi, siempre que las carreras se efectúen desde puntos de gran confluencia de pasajeros como estaciones, aeropuertos, estadios o recintos feriales.   

Con estas medidas, los taxistas madrileños (y pronto los del resto de España) persiguen ofrecer modernidad, adecuarse a las necesidades de los ciudadanos y fidelizar a un público que está siendo atraído por el sector VTC. ¿Pero no era abusivo e ilegal todo lo que hacían Uber y Cabify? ¿En qué quedamos?


Pero todavía queda un punto conflictivo por arreglar: los precios. Las tarifas de los taxis se aprueban entre los ayuntamientos y las comunidades autónomas previa consulta con las asociaciones representativas de los titulares de las licencias. Esta restricción provoca que los taxistas no tengan la misma flexibilidad para modificar las tarifas que sus competidores. Y trabajar con precios prefijados, más que ventajas les provoca perjuicios. Por la noche tienen que cobrar la tarifa nocturna, más cara, con lo que los usuarios se decantan por los VTC y en situaciones de mucha demanda (días lluviosos, grandes aglomeraciones de usuarios, etc.), tienen que aplicar las mismas tarifas que cualquier otro día (a diferencia de los VTC que aplican suplementos), con lo que pierden dinero.

¿No quieren sumarse a la ley de la oferta y la demanda? Peor para ellos. Es lo que tiene querer ser un monopolio. Porque, al contrario de lo que pudiera parecer, los precios de los taxis no son mucho más caros que los VTC en general. En el gráfico pueden ver los precios de los distintos servicios. Otra cosa, por supuesto es el servicio ofrecido.


¿Creen que sin la competencia de Uber o Cabify los taxistas mejorarían sus servicios? Lo dudo. Para ellos sería mucho mejor que las cosas siguieran igual aunque con ello millones de españoles no se puedan beneficiar de los beneficios de las nuevas tecnologías para moverse por las ciudades.