martes, 14 de noviembre de 2017

Las renovables ya nos cuestan 100.000 millones de euros a los españoles



“Se nos fue la olla con las renovables” – Miguel Sebastián, octubre de 2015.

¿Se acuerdan de Miguel Sebastián? Fue el Ministro de Industria que más hizo por impulsar la energía verde en España en los gobiernos del socialista Rodríguez Zapatero. Y no me negarán que, si el principal valedor de las renovables admite que se pasaron, que no calcularon bien y que no previeron las consecuencias de su política, el tema asusta. Y mucho. Tanto como 100.000 millones de euros (hasta ahora) que, por supuesto, no lo pagarán los que nos metieron en el lío sino todos los españoles vía impuestos y factura de la luz. 

De los 105.000 MW de potencia eléctrica instalada que tenemos en España, unos 30.000 MW son de energías renovables más 6.700 de cogeneración. Para las del régimen convencional (hidráulica, nuclear, gas en ciclos combinados y carbón), la remuneración llega según los precios de mercado, que se fija diariamente y por cada hora en función de la oferta y la demanda.


La energía que se utiliza diariamente va en función del precio que se tiene que pagar por ella. Por ejemplo, la nuclear, que entra a coste cero, será la primera en utilizarse y a medida que no se logra cubrir la demanda, empezarán a utilizarse las fuentes más caras. Las renovables (régimen especial) juegan aquí un papel fundamental ya que su coste también es cero y cuando funcionan a pleno rendimiento (si hay viento y sol, que no siempre lo hay) rebajan el coste de la energía.

El problema reside en que la electricidad generada a través del régimen especial recibe una prima y así, aunque el precio de mercado sea bajo, los productores siempre tienen garantizados unos ingresos mínimos que son 6 o 7 veces el precio de mercado. Esa prima es la que se paga en el recibo de la luz. Tenemos un sistema eléctrico en el que hay que pagar la energía, su transporte y distribución y, además, primas, subvenciones y pagos por sobrecapacidad que, sumados a unos impuestos elevadísimos, provocan que la electricidad en España sea de las más caras de Europa.


¿De cuánto estamos hablando? Pues se calcula que a finales de 2016, las primas al régimen especial ya habían ascendido a 84.000 millones. A esa cifra, tendremos que sumarle lo que se continuará abonando a los productores hasta que finalicen los contratos firmados ya que, si se cambiase el marco legal, podría ser impugnado en los tribunales. La cifra, si nadie lo remedia, se acercará a los 200.000 millones de euros.


Siendo malo todo lo expuesto, lo peor de todo es que las renovables se instalaron en España cuando la tecnología aún estaba en proceso de desarrollo. Zapatero y Sebastián tenían prisa y fuimos el conejillo de indias del mundo entero; tenemos fama de Quijotes y es cierto. Esa tecnología experimental era carísima y poco eficiente con lo que el negocio fue redondo; ahora que los procesos han mejorado mucho, la misma cantidad de potencia nos costaría bastante menos de la mitad.


¿Perjuicios de esta locura? Haber gastado un dineral (y lo que queda) para ser los humanos más comprometidos con el planeta. ¿Ventajas? Pues que ahora tenemos las empresas más avanzadas tecnológicamente del mundo en este sector que ganan jugosos  contratos en el exterior, lo cual le viene muy bien a nuestra maltrecha economía. ¿Tanto como para justificar los 200.000 millones? Me temo que no.   


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