martes, 12 de junio de 2012

El humo del diesel declarado cancerígeno por la OMS



“¿El tabaco peligroso? El humo de los autobuses; eso si que tiene peligro. ¿No ves lo negro que sale por los tubos de escape?” Mi abuelo siempre decía lo mismo cuando le advertían de la peligrosidad del hábito de fumar. Pues, al parecer, el buen hombre tenía razón. Al menos, en parte.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) (organismo de la OMS responsable de clasificar los diferentes compuestos y procesos en función de sus probabilidades de causar cáncer en el ser humano)  ha concluido que los gases que emiten los tubos de escape de los vehículos diésel son carcinógenos para el ser humano.

Al parecer, la IARC cataloga en diferentes categorías la probabilidad de que un compuesto pueda provocar cáncer en las personas. Desde 1988 estos fluidos se encontraban en una categoría de menos riesgo, el grupo 2A, que recoge sustancias “probablemente carcinógenas” en personas. Sin embargo, ya en 1998, un panel de expertos recomendó una revisión prioritaria de esta clasificación ateniéndose a las nuevas evidencias que alertaban de sus riesgos y ahora, en 2012, lo ha ascendido definitivamente al grupo 1, el más peligroso para el ser humano, junto con otras sustancias como el tabaco, el arsénico, las lámparas de bronceado (subieron de categoría en 2009), las radiaciones solares, el gas radón, etc. Las gasolinas todavía se han quedado en un escalón inferior, el 2A.


Para llegar a estas conclusiones se han tenido en cuenta decenas de investigaciones llevadas a cabo con trabajadores altamente expuestos al humo del tráfico en distintos entornos, como los controles de las autopistas o las gasolineras. Teniendo en cuenta todos estos datos, la IARC considera que existen "suficientes evidencias" sobre la relación del cáncer y la combustión de los motores. Concretamente apuntan que esta relación está más que clara en el caso de los tumores de pulmón y algo menos en el caso de otros diagnósticos, como el cáncer de vejiga.

¿Cuántos miles de millones de personas estamos expuestos diariamente al humo desprendido por los motores diesel? Incalculable. Piensen que, además de los vehículos particulares (en España un 75% de los coches vendidos actualmente funcionan con gasoil), los camiones y los autobuses, estos motores también se encuentran presentes en trenes, barcos, generadores eléctricos…

Tal como reconoce Kurt Straif, responsable del programa monográfico de la IARC, este estudio se ha llevado a cabo en poblaciones de trabajadores mucho más expuestas que la media, pero la experiencia de la IARC dicta que estos estudios siempre van seguidos de evidencias que demuestran el mismo riesgo en la población general.


No queremos ser alarmistas. Sabemos que la OMS se ha precipitado en numerosas ocasiones (baste recordar la gripe A). Y conocemos los trabajos que se están realizando por parte de la industria del automóvil y las grandes petroleras para fabricar diesel menos contaminante (con menor contenido en sulfuro) a la vez que se producen motores más eficientes. Pero, ¿cuántas décadas pasarán hasta que se reemplacen los motores actuales por otros que no contaminen, sobre todo en países en vías de desarrollo?

Esperemos que ahora que la OMS ha dado el paso definitivo en la declaración del humo del diesel como cancerígeno, las autoridades tomen cartas en el asunto y aborden este problema como uno de los principales retos a superar en los próximos años. Pero, por favor, no lo arreglen como siempre subiendo impuestos.

El tan manido “cambio climático”, todavía por demostrar, se lleva miles de millones de nuestras arcas en estudios. El “cáncer de los diesel”; ¿tendrá la misma repercusión mediática? Esperemos que los motores eléctricos evolucionen rápidamente.



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