martes, 22 de mayo de 2012

¿Y si suena una pitada en la diada mientras entonan “Els Segadors”?



Domingo de resurrección en la plaza nueva de Bilbao (o en cualquier otra ciudad donde se celebren los actos conmemorativos del Aberri Eguna). Suena la melodía del Eusko Abendaren Ereserkia” (cuya traducción literal al castellano sería "Himno de la patria vasca") y desde uno de los fondos, unas doscientas personas (uno solo no tiene el valor de atreverse) empiezan a silbar, profiriendo gritos e insultos al lehendakari allí presente y menospreciando la “Ikurriña”, obra de los hermanos Luis y Sabino Arana creada en 1894.

11 de septiembre, la "diada", justo delante del monumento a Rafael Casanova. Tras las ofrendas florales, se entona “Els segadors” (himno oficial catalán) por parte de todos los asistentes. A los pocos compases, desde unos balcones situados muy cerca de donde se celebran los actos, tres energúmenos, altavoz en mano, empiezan a proferir silbidos y gritos contra los asistentes a la vez que, con una voz perfectamente audible, insultan al himno y a “La Senyera”, símbolos catalanes. Poco después, desaparecen camuflados entre la muchedumbre. 


¿Imaginan que uno de estos dos supuestos llegara a ocurrir? El escándalo sería monumental; los medios de comunicación llenarían páginas enteras durante varias semanas; los políticos en sus respectivos parlamentos autonómicos pedirían responsabilidades al más alto nivel del gobierno central; sonarían los tambores del boicot a los productos del resto del país y seguro que más de uno exigiría la independencia para lavar la ofensa. Aparte, claro está, de oír los socorridos epítetos de fascistas, intolerantes, nacionalistas, ultraderechistas…   Pues bien, todo lo que les he descrito en los dos casos, desde la primera hasta la última letra, ocurrirá el próximo viernes en el Estadio Vicente Calderón de Madrid con motivo de la final de la Copa del Rey de fútbol por parte de las aficiones vasca (del Athletic de Bilbao) y catalana (del F. C. Barcelona) en cuanto suene el himno de España y haga su aparición el Príncipe de Asturias en el palco.

¿Creen que se va a armar un escándalo en contra de quien silbe el viernes? Pues yo tengo mis dudas. “Es la libertad de expresión” comienzan a decir representantes de ambos clubes.


Ante este evidente (y parece que inevitable) ultraje a los símbolos de la nación española, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha propuesto que, en caso de que suene la pitada (¿alguien apuesta a que no sucederá?), se suspenda la celebración del partido y que se dispute, posteriormente, a puerta cerrada. ¡Huy! ¡Lo que ha dicho la Espe! Todos los partidos políticos se han tirado a degüello contra ella; incluido el suyo propio:

- Jorge Fernández Díaz, PP: “Yo creo que no hay que mezclar la política con el deporte.”
- Joan Coscubiela, Izquierda Plural: “utiliza el partido del Barça y el Athletic para desviar la atención sobre los pufos de Bankia y sobre el déficit oculto de la comunidad de Madrid”.   
- Alfred Bosch, ERC: Yo a quien me apetecería silbar es a Esperanza Aguirre. Yo creo que ha actuado como pirómana y de inquisidor mayor”.
- Aitor Esteban, PNV: “Poner una mordaza a la gente es imposible y las declaraciones de Aguirre sólo contribuyen a centrar la atención del público en este tema y con ello contribuir a que si hay pitada pueda ser mayor”.


No estaría de más que en lugar de criticar a Esperanza Aguirre, todos los implicados, desde los presidentes de los equipos hasta los presidentes de sus comunidades autónomas, pasando por el resto de políticos (sean del partido político que sean), jugadores, entrenadores, etc. hicieran un llamamiento a todos los asistentes al partido para que dejasen de hacerle el juego a cuatro políticos interesados en el ruido que pueda provocar este acto y que demuestren el respeto que todo símbolo se merece.  

“Lo que no quieras para ti, no lo desees a los demás” solía decirme mi abuela. Que piensen esos, en teoría, aficionados al fútbol que el viernes tienen previsto hacer sonar sus silbidos, como les sentaría que interrumpieran, de mala manera, los himnos catalán o vasco en una fecha señalada. Seguro que cambian de opinión.  



1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Habrá que empezar a pensar en hacerlo, es decir, a acudir el 11 de septiembre a pitar el himno catalán y a fomentar estos abucheos en todos los homenajes que se hacen a la bandera catalana en los municipios. También se prodría decir a nuestros niños que no estudien la letra de los Segadors y que cada vez que se enseñe patriotismo catalán se lo tomen a chifla.