martes, 13 de marzo de 2012

Motivos para la huelga: los sindicatos perderán cientos de millones con la reforma laboral



Apenas unos días antes de que el gobierno de Mariano Rajoy hiciese pública la nueva reforma laboral, sindicatos y patronal nos sorprendieron con un acuerdo que regulaba los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores.

Digo nos sorprendieron porque este documento contemplaba unas medidas que apenas un año antes hubiesen provocado un auténtico escándalo en el mundo sindical: pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores (prácticamente se congelaban los sueldos con aumentos menores al 1%), cambios drásticos en las condiciones laborales (libertad de la patronal para fijar horarios, turnos, movilidad, horas extras), facilidad de despido si la empresa se encontraba en dificultades, etc. Daba la impresión de que los sindicatos tiraban la toalla y dejaban a los trabajadores a merced de las necesidades que en cada momento tuviesen los patronos.

Unos días después, el nuevo gobierno incluía todas estas medidas (junto con otras) en la reforma laboral y los sindicatos montaban en cólera convocando manifestaciones y una huelga general para el próximo 29 de marzo. Si estaban de acuerdo con todos los recortes para los trabajadores que proponía la patronal en el documento firmado, ¿qué es lo que ha cambiado para que ahora se sientan tan ofendidos?


La nueva reforma laboral propone unos recortes en sus ingresos que no les han gustado nada. Ya saben que en España, los sindicatos, al contrario que en muchos otros países desarrollados, no se financian con las aportaciones de sus afiliados. Difícilmente lo podrían hacer ya que apenas cuentan con un 5% de los trabajadores en sus filas… y bajando. Tienen que recurrir a “otros” ingresos. ¿Cuáles son esos ingresos? Ya saben: subvenciones y otras aportaciones del Estado. Al final, los financiamos todos los contribuyentes.

Cada uno de estos sindicatos recibe cada año del Gobierno central algo más de 7 millones de euros en forma de subvención directa a fondo perdido con el fin de sufragar sus gastos de funcionamiento. Además, las dos centrales sindicales tienen una federación en cada comunidad autónoma con once secciones según el tipo de actividad (metal, banca, comercio, industria... etc.). En total hay 187 organizaciones sindicales y cada una de ellas recibe las subvenciones oportunas de cada comunidad autónoma. Y en muchos casos, estas “aportaciones” son millonarias (la Junta de Andalucía subvenciona con 4,7 millones a cada uno de los dos sindicatos). Pues bien, todas estas subvenciones se verán reducidas con la nueva reforma en un 20%.

Otro ingreso que también se verá mermado será el de la intermediación de los asesores laborales que hasta ahora realizaban los sindicatos. La reforma laboral introduce unas medidas de agilidad en la tramitación de los ERE que hará inútil esta intermediación. Según acredita CCOO en sus propios documentos, este sindicato ingresa unos 20 millones de euros anuales por estos conceptos.


Pero el grueso de la merma de ingresos se lo lleva otra actividad mucho más lucrativa hasta ahora: los cursos de formación. Existe un monopolio para la formación continua de los trabajadores denominado “Fundación Tripartita”. Esta fundación está compuesta por UGT, CCOO y la patronal CEOE y el año pasado se llevó la bonita cifra de 3.013 millones de euros por este concepto (2.000 millones de las aportaciones que hace cada trabajador en su nómina para formación profesional y 1.000 millones de las arcas del estado y aportaciones de fondos europeos). Como en el primer caso, a esta cantidad hay que sumarle las cuantías que todas las comunidades autónomas destinan también a esta función y que también son gestionadas por las tres organizaciones.

La reforma laboral acaba con este oligopolio, de forma que las empresas privadas dedicadas a la formación también podrán organizar estos cursos. Incluso, los propios trabajadores, gracias a una especie de "cheque de formación", podrán elegir el destino de esos fondos que en ocasiones podrán ser gestionados por la propia empresa en la que prestan sus servicios a través de un número limitado de horas de formación cada año.

Comparado con esta previsible y tremenda rebaja de ingresos, la noticia de que las  administraciones públicas van a reducir subvenciones para actividades culturales,  cooperación internacional, violencia de género o a la memoria histórica (unos 25 millones para cada sindicato en total) ya parecen una broma.

La reforma laboral puede suponer a cada sindicato una rebaja de ingresos de centenares de millones de euros. A Yogui y a Bubu se les acaba el chollo. Lo saben. Y harán todo lo que puedan para evitarlo. Aunque tengan que embarcar a todo un país en una huelga general difícilmente justificable.     





  

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