lunes, 6 de septiembre de 2010

El Plan 2000E encareció el precio de los coches



Siempre he pensado que el Estado tiene la obligación, legal y moral, de ayudar económicamente a una persona para que no pase hambre, pero de ahí a subvencionarla para que pueda pasearse por las calles con un coche nuevo… Y ahora, encima, nos enteramos de que esas ayudas sólo sirvieron para que se enriquecieran unos cuantos.

Hagamos un poco de historia.

Primeros meses del año 2009. El gobierno español había retirado las ayudas a la compra de vehículos nuevos y retirada de usados de más de diez años, el denominado Plan Prever hacía un año y el Plan Vive era un auténtico fracaso, lo que, unido a la profunda crisis económica que ya padecíamos por esas fechas, produjo una bajada espectacular en la venta de vehículos.
Fabricantes y concesionarios, asustados ante la que se les venía encima, presionaban a las autoridades para que reinstaurasen el antiguo Plan y, mientras tanto, se enfrascaban en una cruenta guerra de precios y descuentos para hacerse con el escaso mercado existente. No eran extraños por aquellas fechas descuentos de 2.000, 3.000 y hasta 5.000 euros en la compra de un nuevo vehículo.


Pero todo cambió en el mes de mayo. El Gobierno no pudo aguantar más la presión y, obligado en parte por las ayudas que ya ofrecían algunas autonomías, instauró el Plan 2000E, consistente en una ayuda de 500 euros por parte del Gobierno Central, 500 más por parte de los Gobiernos Autonómicos y 1.000 euros más que ofrecían los diversos fabricantes de automóviles. Los resultados no tardaron en llegar y los concesionarios se llenaron de compradores ávidos por beneficiarse de estos descuentos.

Ya por aquel entonces, fuimos muchos los que avisamos que esas ayudas no iban a lograr los resultados deseados. Si; consiguieron revitalizar el mercado, pero ¿a cambio de qué? No nos vamos a ir por las ramas: a cambio de mermar las arcas públicas (nuestros impuestos) para que se beneficiasen los fabricantes y los concesionarios de automóviles.

No se beneficiaron los compradores, a pesar que muchos de ellos lo creyesen así. Realmente, durante la vigencia del Plan 2000E los precios finales de los vehículos fueron superiores a los que regían en los primeros meses de 2009. ¿Cómo es eso posible? Muy fácil. Mientras no vendían, los fabricantes ajustaron sus precios para resultar competitivos y poder vender, pero con la entrada en vigor del Plan 2000E, los compradores acudían en masa influenciados por el descuento estatal y por el bombardeo de la publicidad institucional, ¿por qué continuar manteniendo esos precios ajustados que mermaban sus beneficios si los compradores les quitaban los coches de las manos?


Esta “sospecha” que muchos teníamos ha quedado despejada gracias al estudio efectuado por Comisión Nacional de la Competencia (CNC) que en su segundo informe anual sobre ayudas públicas afirma que los precios franco fábrica de los automóviles (precio antes de impuestos, descuentos y ayudas) aumentó de forma generalizada en una media de 400 euros, aunque, en algunos casos, el crecimiento llegó hasta los 1.000 euros.

El organismo regulador analizó 24 modelos, encontrando subidas de precios (al compararlos con los que tenían anteriormente a la entrada en vigor de dicho plan) en 22 de ellos. Así, las mayores subidas correspondieron al Toyota Auris (984 euros), Citroën C3 (645 euros), Seat Ibiza (596 euros), Ford Fiesta (547 euros), Audi (514 euros), Volkswagen Passat (469 euros) y Citroën Xsara (400 euros).

Esto son sólo precios franco fábrica, ya que la reducción sufrida en los descuentos que se ofrecían posteriormente (por parte de fabricantes y concesionarios) no pueden cuantificarse (promociones del tipo “duplicamos el descuento hasta 4.000 euros sólo este mes”).


Según el Presidente de este organismo, Luis Berenguer, los resultados del estudio “inducen a pensar que el fabricante/importador ha aumentado los precios con el fin de contrarrestar el descuento e incorporar en el precio parte del subsidio”.

La conclusión es clara: con nuestros impuestos consiguieron que los vehículos se encarecieran hasta en 1.000 euros. Bonita forma de acabar con la crisis.

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