jueves, 1 de octubre de 2009

El gobierno español no es una ONG

Finalmente y tras varios meses mareando la perdiz, el gobierno español ha hecho públicos los presupuestos para el año 2010. Bueno, el proyecto de presupuestos, que falta que el Congreso los apruebe.
De todas formas, no se hagan ilusiones; seguro que se aprobarán. Ya se encargarán los grupos nacionalistas minoritarios (léase PNV, ERC, CC, BNG, UPN...) de que así sea. Les aseguro que si yo votara a esos grupos, me lo pensaría de cara a las próximas elecciones: ¿para qué votarles si después siempre apoyan incondicionalmente al gobierno? Para eso voto directamente al partido mayoritario y evito “chanchullos”.

Les decía que ya han salido los presupuestos... y a más de uno se le ha caído el alma a los pies. Vaya por delante que no entiendo cómo puede, de antemano, ser deficitario: en cualquier hogar, si no hay ingresos, se dejan de efectuar gastos; así de fácil. Parece ser que a nivel del estado, eso no es así.
Lo que si es de cajón es que un presupuesto tiene que reflejar, con la mayor veracidad posible, los ingresos y los gastos que se van a realizar. Eso, en los documentos que ha presentado Elena Salgado, no es así, ¿o es que alguien se cree que en plena crisis los gastos se van a mantener como este año y los ingresos van a aumentar en más de un 20%? ¿De dónde?

Según ellos, para lograr este déficit (que al final será más del doble) tienen que reducir gastos y aumentar ingresos. Lo de los gastos, también según el gobierno, se logrará sin reducir las partidas sociales ni las inversiones productivas. Pues bien, de momento, ya se sabe que se rebajan los gastos en infraestructuras y en investigación científica. Vamos bien. Me temo que no tardarán en rebajar partidas sociales.

En cuanto a aumentar los ingresos, todo se basa en aumentar los impuestos. Pero no los de los poderosos, como nos han dicho durante al menos dos meses, sino el IVA, la fiscalidad del ahorro y la supresión de su promesa estrella electoral: los 400 euros de deducción del IRPF. O sea, nos aumentan los impuestos a los ciudadanos de a pie. Se calcula que una familia con unos ingresos brutos de 40.000 euros tendrá que pagar, con la subida, 1.500 euros de más.

Zapatero nos lo quiere vender como un acto de solidaridad: en tiempos difíciles, los que tienen ingresos tienen que ayudar a los más desfavorecidos, a los que se han quedado en el paro.
Dos puntualizaciones: la primera es que no es verdad. Según los números presentados por la Ministra, sólo el 17% de los gastos del estado se van a destinar a pagar las diversas prestaciones por desempleo. El resto se usará para “otras cosas”.
La segunda; que no estoy de acuerdo con ese planteamiento. Una gran parte de españoles ya ejercemos como solidarios, colaborando con ONG, con organizaciones caritativas, etc. El estado no es una ONG dedicada a recaudar para después repartirlo entre los pobres. Si me apuran, el estado se tiene que encargar de redistribuir la riqueza entre sus conciudadanos, pero no ejerciendo de Robin Hood, sino creando puestos de trabajo para que los que se encuentren sin él se puedan ganar el pan dignamente y no haciendo cola ante una oficina del paro. Esa es la labor de un buen administrador.

Este gobierno no supo en su día prevenir la crisis que se avecinaba para luego negarnos por activa y por pasiva que hubiésemos entrado en ella. Cuando lo reconoció, ya era tarde para tomar medidas preventivas; había que atacar de lleno el problema y ellos se dedicaron a poner parches para contentar al electorado.
Su política económica será estudiada en el futuro en todas las universidades del mundo como un compendio de lo que nunca se debe hacer ante una crisis: no han hallado ninguna solución y han malgastado el poco dinero del que disponían en medidas populistas improvisadas sobre la marcha y poco efectivas.

El último ejemplo de este despilfarro nos lo ofrecen desde El País : las empresas adjudicatarias de obras del famoso Plan E (9.000 millones para reparar aceras), contratan hasta seis veces más de los trabajadores que necesitarían para ejecutar una obra con tal de que se la adjudiquen. Por supuesto, la mayoría de los contratos son de una jornada o, incluso, de unas horas. Así, para construir una guardería se emplean a 440 operarios y para un carril bici de 3 kilómetros a 307 “currantes”. Un paseo por las obras demuestra que sólo hay dos operarios trabajando. En esto ha quedado la famosa medida para crear empleo del gobierno de Zapatero.

No son de extrañar las críticas que le llueven a Zapatero desde todos los sectores. Para que no crean que solo es la oposición quien le critica, les reseño algunas efectuadas por personas, hasta hace poco, afines al gobierno:

- Jordi Sevilla: “el Ejecutivo ha fallado en la narración de lo que estaba pasando y del por qué se tenía que hacer lo que se estaba haciendo”.
- José Luis Fernández, portavoz del sindicato USO: "La realidad no es tan idílica como para dar cariño al presidente del Gobierno. Zapatero no está paliando las necesidades de los ciudadanos, sino que está devolviendo el abrazo que UGT y CCOO le vienen dando”.
- José María Fidalgo: “creer que las cosas malas se arreglan con deseos es un pensamiento bastante infantil”, refiriéndose a que Rodríguez Zapatero ha dicho que no vamos a ser el último país en salir de la crisis.
- Carlos Solchaga: “el Gobierno habla de 15.000 millones de ingresos extras con la subida de impuestos, una cantidad que "nunca" va a poder recaudar”.
- Miguel Martín, actual presidente de la AEB y subgobernador en la anterior etapa socialista: “esta subida de impuestos no va a servir para recaudar más”. "En el mundo empresarial hay una enorme desconfianza hacia Zapatero".
- Pedro Solbes: “han hecho las cosas que yo no quería hacer”.

Dejen trabajar a las ONG´s y dedíquense a fomentar políticas que nos conduzcan por la senda del crecimiento. Que para eso les votaron algunos y les pagamos todos.

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