domingo, 27 de septiembre de 2009

Ladrillos de ceniza. Alternativa verde en la construcción

Desde hace ya muchos años, más bien siglos, la actividad humana se ha convertido en un auténtico hervidero de nuevas ideas y adelantos tecnológicos. Cada día que pasa, cientos de nuevos inventos salen a la luz en un intento de conseguir hacernos la vida más fácil y llevadera. Sin embargo, en más de una ocasión valdría la pena detenernos y volver la vista atrás para comprobar cuales eran las soluciones a los problemas cotidianos que empleaban nuestros antepasados. En más de una ocasión... otro gallo nos cantaría.

Eso es lo que han hecho en California, concretamente en el famoso, tecnológicamente hablando, Silicon Valley. La empresa Carlstar Products ha desarrollado un nuevo tipo de ladrillo que usa hollín procedente del carbón quemado en las centrales eléctricas en lugar de arcilla como ingrediente básico. Exactamente como se hacía hace la friolera de 3.000 años (bueno, entonces no había centrales eléctricas, claro).

¿Qué ventajas tiene sobre el ladrillo convencional? Sobre todo energéticas y ecológicas. Los ladrillos de arcilla se cuecen a 1.000 grados centígrados durante unas 24 horas. Estos ladrillos “verdes” necesitan para su cocción de una temperatura inferior a los 100 grados y están listos en apenas 10 horas. Con ello, el consumo energético necesario para su fabricación desciende en un 90% y la emisiones de gases contaminantes a la atmósfera (entre ellos el CO2) en un 85%. Aparte, se reutilizan los enormes desperdicios que provoca, en forma de cenizas, una central eléctrica.

No han especificado las calidades constructivas de estos ladrillos, pero no deben de ser malas, ya que la empresa aun no ha entrado en funcionamiento (lo hará antes de final de año) y ya tiene vendidos más de 12 millones de ladrillos a 16 distribuidoras de material de construcción de los Estados Unidos.
Estos primeros ladrillos se utilizarán sobre todo en fachadas, pero la empresa ya tiene en marcha estudios para producir otro tipo de ladrillos, así como adoquines y tejas.

No es la primera iniciativa ecológica en el mundo de la construcción que traemos a estas páginas. Ya hablamos en su día de los ladrillos de cáñamo, del uso del adobe, de las ventanas solares, de las ecoviviendas japonesas, o del proyecto de barrio enteramente ecológico de San Sebastián. Y es que el mundo de la construcción tiene mucho que ver con la ecología y el ahorro energético. Más de lo que nos pensamos.

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