sábado, 4 de julio de 2009

Argentina sucumbe a la gripe A, porcina o H1N1

Ya hace un tiempo que vengo observando en el contador de visitas de esta página una auténtica “avalancha” de visitas realizadas desde Argentina. Profundizando un poco más en el tema, he observado que la mayoría de estas visitas se dirigen hacia el post que publiqué apenas se supo de la existencia del nuevo virus de la gripe (o como la denominaban entonces, gripe porcina) el pasado 26 de abril en el que incluía un mapa con los casos que se iban confirmando por países en tiempo real.

Mi primera reacción fue la de pensar que los argentinos son unos exagerados; casos de gripe los hay en la mayoría de países del mundo y no le dan tanta importancia como ellos. Pero investigando un poco en el tema, he llegado a la conclusión que de exagerados… nada de nada.
Los datos empiezan a ser alarmantes. A fecha de hoy, el nuevo ministro de Salud de Argentina, Juan Luis Manzur, calcula que los casos que se han producido en el país pueden superar ya los 100.000, de los que, desgraciadamente, 46 han perdido la vida.

Lo que empezaron siendo unos centenares de casos en México y Estados Unidos y algunos más (que iban saliendo con cuentagotas) en el resto del mundo, se ha convertido en una pandemia a nivel mundial, siendo los países del hemisferio sur los que ahora parece que se ven más afectados, ya que, mientras en el hemisferio norte es verano, allí están en pleno invierno, con lo que la influencia de la gripe es mayor.
Pero el caso argentino resulta especial: han tenido la desgracia de que se les junte un número alto de infectados, la época invernal y un gobierno a todas luces incompetente para gestionar la enfermedad.

Y es que llueve sobre mojado; hace pocos meses, Argentina sufrió la peor epidemia de dengue de su historia, con unos 8.000 casos reconocidos por el gobierno y más de 30.000 denunciados por las redes sociales. Cerca de veinte ciudadanos argentinos perdieron la vida debido a una epidemia que, desde el principio, se gestionó mal: el gobernador de la provincia del Chaco, Jorge Capitanich, tuvo la osadía de decir que había múltiples brotes infecciosos, "pero no una epidemia", para luego combatir el mal con desinfectantes caducados. De allí, la infección se propagó hacia el sur, hasta llegar a los suburbios de Buenos Aires, donde el gobierno acusó a la oposición de sembrar el pánico con miras a las elecciones legislativas del domingo pasado.
Estas elecciones legislativas (con resultado nefasto para el actual gobierno) también han marcado el desarrollo de la gripe A. ¿Cómo si no catalogar el oscurantismo informativo del gobierno de los Kirchner? Fíjense en estos datos: el viernes pasado (antes de las elecciones) había declarados 1.587 casos, con 26 fallecidos, hoy, apenas una semana después, el nuevo ministro (la anterior ministra, Gabriela Ocaña dimitió el pasado martes debido a esta crisis sanitaria) reconoce ¡más de 100.000 casos! y 46 fallecidos.

Por eso, los argentinos ya no se fían de nadie y buscan información veraz “donde sea”.
Pero la situación ha llegado más lejos: al tener que esconder los datos con fines electorales, no han podido tomar las medidas idóneas para contener la expansión del virus, al contrario de lo que si hizo el gobierno mexicano.

Allí se cerraron las oficinas públicas, los cines, las escuelas… prácticamente se paralizó el país durante diez días. En Argentina, las medidas profilácticas se han adoptado de manera desigual: en algunas provincias se ha decretado el cierre de las escuelas en un periodo determinado, en otras provincias, el cierre se realizará con otras fechas y en el resto de provincias, no se sabe todavía si se cerrarán antes del periodo vacacional del invierno. Las oficinas públicas continúan abiertas, las universidades también, incluso los cines (con lo cinéfilos que son los argentinos) aun no han cerrado sus puertas.

Po todo ello, no es de extrañar que cuando, en los vagones repletos de metro o el ferrocarril, a una persona se le ocurre toser o estornudar, el resto de los viajeros del vagón le obligan a bajar en la siguiente estación.

Eso sí: ninguno de los que protestan llevan puesta la pertinente mascarilla debido a otro error del gobierno: la desinformación sobre las medidas a tomar por parte de la población. No es extraño oír preguntas en los barrios pobres de Buenos Aires, del tipo de si la nueva gripe provoca ceguera, impotencia o abortos.
También se habla del “agosto” en pleno invierno que están experimentando algunos “vividores” vendiendo remedios para curar la nueva gripe. ¡Pueden estar orgullosos los mandatarios argentinos!

Nuestro consejo, por si alguno de nuestros amigos argentinos nos lee, es que no hagan caso de estos remedios “milagrosos”, que no tengan miedo ni se alteren ante los primeros síntomas de la enfermedad y que acudan a los servicios sanitarios donde les aconsejarán sobre las medidas que deben tomar ante la enfermedad.

Porque ellos, los servicios sanitarios, son fiables; no tienen que esconder nada ya que no dependen de ganar unas elecciones para continuar con su trabajo.

4 comentarios:

Helen Maran dijo...

Muy buena nota, muy completa,muy linda la visita a tu casa te dejo un saludo desde Israel y un feliz fin de semana.

Anónimo dijo...

AUNQUE NO LO CREAN ES ASI, NOS CAMBIAN LOS NUMEROS PARA HACERNOS CREER QUE NO HAY INFLACION QUE CON 900 PESOS VICVE UNA FAMILIA, YO PAGO 800 DE ALQUILER!!! POR DIOS!!! Y NI HABLAR DE LOS HOSPITALES MEDICOS AMENAZADOS CON OPERDER EL TRABAJO SI DECLARAN UNA MUERTE POR H1N1 ,,, ES EL PAIS DE LOS K Y NO DE LOS ARGENTINOS

Sermau dijo...

Muchas gracias por tus comentarios, Helen.

En cuanto al segundo comentario, amigo argentino: si no me equivoco, dentro de 2 años pueden acabar con todo esto. Creo que los K se lo están ganando a pulso.

Saludos.

Unknown dijo...

HOLA A TODOS, UNA AMISTAD DE PERU ME HA HECHO LLEGAR INFORMACION ACERCA DE REMEDIOS CASEROS Q ESTAN SIENDO MUY UTILES ALLA, DEBE SER POR ESO QUE SON EL PAI LATINO CON MENOS CANTIDAD DE INFECTADOS, VEAN YA A HACER CASO:
http://www.youtube.com/watch?v=U6L-kBvnNtQ