lunes, 15 de junio de 2009

La huella de Carbono de nuestros políticos


Hasta hace muy poco, la mayoría de la gente no había oído nunca la expresión “huella de Carbono”. Ahora, lo difícil es no oírla. Y no crean que es muy antigua: se empezó a utilizar en el Reino Unido en el año 2005. Desde entonces, se ha propagado a un ritmo exponencial y han proliferado instrumentos para calcular el impacto medioambiental de nuestra vida cotidiana.

Los principales elementos que consideran estas calculadoras de la huella de carbono individual son el consumo energético doméstico (tanto eléctrico como de gas), los kilómetros recorridos por carretera y los recorridos en avión. Sin embargo, si uno quiere ser más puntilloso, también se puede medir el impacto medioambiental de acciones tan cotidianas como afeitarse, la diferencia entre tomarse una cerveza embotellada o de barril o la de comprar un producto local o foráneo (mucho más transporte).

La carrera por reducir esta “huella de Carbono” está llevando a algunos hasta extremos tales como deshacerse de todos los electrodomésticos del hogar (incluido el frigorífico) o evitar a toda costa el transporte aéreo.

A ver, hagamos números, ¿cuál es la media de la huella de carbono? Los expertos estiman que para detener el “cambio climático”, las emisiones medias deberían ser de 1,5 toneladas anuales per cápita. Desgraciadamente, esta cantidad sólo la cumplen los países del África subsahariana ( 700 kilos) y su motivo no es, precisamente, por “concienciación ecológica”. Se calcula que las emisiones de un europeo particularmente concienciado es de 2,3 toneladas y que la media per cápita de los españoles está en ¡9,59 toneladas!

Como pueden comprobar, estamos bastante lejos de la cantidad idónea. Y ello, a pesar de que todo el mundo nos intenta concienciar: autoridades, políticos, famosos...
Pero, ¿y ellos? ¿cómo es su huella de Carbono? Pues para echarse a temblar.
- Gordon Brown: 8.400 toneladas.
- Nicolás Sarkozy: 7.100 toneladas.
- José Luis Rodríguez Zapatero: 6.700 toneladas.
- Don Juan Carlos I, Rey de España: 2.670 toneladas
- Barack Obama: 41.000 toneladas (contando el consumo eléctrico de la Casa Blanca y extrapolando los datos de los meses que lleva al conjunto de un año).
La mayoría de estos consumos se producen por los continuos viajes que realizan en avión o helicóptero.

O sea, ¡que hasta el Rey Juan Carlos produce 300 veces más CO2 que usted o que yo! ¡Y Zapatero más de 700 veces! ¿No conocen el teléfono o las videoconferencias? Si quieren concienciar a la ciudadanía, nada mejor que predicar con el ejemplo. Menos viajes, menos “entrevistas de trabajo” y menos recepciones multitudinarias. Y más ahorro energético... y económico, que después sus viajes los pagamos entre todos. Y para lo que nos sirven...

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