lunes, 16 de marzo de 2009

El hundimiento del cine español

El cine español toca fondo. Durante el año 2008 apenas recaudaron 81 millones de euros en las taquillas, cuatro menos que en el año anterior.

Muchos dirán que con la crisis, los españoles vamos menos al cine. Sin duda que esto es así, pero otro dato revela que la principal causa no es esa, sino la falta de interés por las películas hechas en nuestro país: apenas un 5% de las películas que se descargan por Internet mediante el sistema P2P son españolas.

Los motivos para este desastre son muchos y variados. Uno de los principales es la falta de conexión con el público. Ya sabemos que no pueden competir en presupuesto con la industria de Hollywood. Ni de lejos. Por lo tanto, deberían competir empleando sus propias armas.
Buen ejemplo de ello es la industria española de la ficción televisiva. Sus presupuestos son muchísimo más pequeños que los de las producciones norteamericanas y, sin embargo, sus índices de audiencia son iguales e incluso mayores que aquellas. ¿Por qué? Pues porque logran conectar con los telespectadores con unos guiones amables que describen perfectamente situaciones cotidianas, con toques de humor y ternura y sin grandes pretensiones estéticas que sólo gustan a unos pocos y aburren a la mayoría.

Sin embargo, en el cine no pasa lo mismo. Las producciones con más presupuesto se empeñan en recordarnos episodios de la ya caduca guerra civil o de la posterior época del franquismo (muy en consonancia con las inútiles leyes de la memoria histórica del gobierno socialista). Y las que cuentan con menor presupuesto no cesan de retratar situaciones marginales de la sociedad actual, sin darse cuenta de que la mayoría de espectadores, cuando acuden al cine, van a divertirse y no quieren ver las desgracias de otros que están peor que ellos. Para eso, ya existen los programas de actualidad y los realitys de las televisiones.
Se da la curiosa paradoja de que la mayoría de españoles nos identificamos más con los personajes de las películas americanas que con los de nuestro cine. Hasta ese punto están equivocados los guionistas.

Tampoco ayuda a nuestro cine las tendencias políticas de muchos de nuestros actores y la manía que tienen de sacarlas a pasear cada dos por tres. Los españoles respetan profundamente las ideas políticas de todo el mundo pero no les acaba de gustar que les toquen las narices metiéndose con sus preferencias políticas. Los integrantes de la industria cinematográfica española han criticado, menospreciado e insultado a los políticos de derechas e incluso, muchos de ellos, no han dudado en desmerecer a los votantes de ese partido. De esa forma, la mitad de la población española (los que votan a ese partido) no acuden a ver una película española ni aunque les regalen la entrada.

Pero a ellos les da igual. Mientras se mantenga el gobierno socialista en el poder, continuarán viviendo “de cine”. Miren sino: las subvenciones que recibe el sector pasaron de 66 millones en 2007 a 85 millones en 2008. O sea, recaudan más de los presupuestos del Estado (que pagamos entre todos) que en las taquillas de los cines.

Y yo me pregunto, si la industria cinematográfica es deficitaria ¿por qué no la dejan quebrar? Ah, si, se me olvidaba, por el tema de preservar la cultura. Pero, ¿que cultura proporciona conocer las extrañas tendencias sexuales de una minoría de la población o las andanzas de un grupo de delincuentes juveniles?

Al final, las únicas películas que recaudan son las de directores reconocidos internacionalmente como Amenábar o Almodóvar, o sea, las que verdaderamente tienen calidad, y las que divierten al público como las sagas de Torrente o Mortadelo y Filemón de las que no valoraremos su calidad. Al resto de las películas no acuden ni los padres de los directores.

Curiosamente, esta generosidad en las subvenciones choca con el caso de la empresa española Next Limit. Esta empresa tecnológica desarrolló el programa "RealFlow” con el que se pueden simular prácticamente todo tipo de líquidos y con el que Hollywood ha logrado los ríos de lava de "El señor de los anillos" o las escenas "pesqueras y acuáticas" de "El curioso caso de Benjamin Button", que por cierto, ganó el Óscar de este año a los mejores efectos especiales. Pues bien, ¿saben cuantas subvenciones han recibido por parte de las autoridades para desarrollar su tecnología? Efectivamente, cero euros. Ni siquiera el Ministerio de Cultura les ayudó con el viaje hasta Los Ángeles porque “lo suyo” no estaba contenido en ningún epígrafe. Con razón se quejan de que España es un “desierto tecnológico”.

¿Por qué ocurre esto? Pues porque a estos profesionales del cine no los conoce nadie y, por lo tanto, difícilmente les prestarán apoyo político cuando lo necesiten. No les podrán “devolver” la subvención.
Tenemos un gobierno compuesto por verdaderos especialistas en marketing. Lástima que en vez de haber montado una agencia de publicidad, hayan decidido meterse en la política.

1 comentario:

Joe Kopiki dijo...

¿Y sabías que de esos 81 millones, 7.5 corresponden a Vicky Cristina Barcelona, 6.8M a Che el Argentino y 5.9 a Asterix en los juegos Olípicos?

Es que el gobierno para maquillar lo mal que va el cine español, considera estas tres películas, cine español.

Para llorar....

http://lckilgore.blogspot.com/2009/04/el-ministerio-de-cultura-miente.html