domingo, 1 de junio de 2008

Los biocombustibles no provocan el hambre


Vamos a ver si logramos desmitificar una creencia que está logrando adeptos rápidamente entre la sociedad. La frase va de boca en boca: “la subida de precios de los alimentos es por culpa de los biocombustibles”. Es lo de siempre, una mentira muchas veces repetida al final parece que sea verdad.
Les voy a poner un par de ejemplos: a nivel nacional, por un kilo de berenjenas le pagan al agricultor 0,25 euros y en la tienda vale 1,86 y uno de cebollas vale 0,13 euros en origen y 1,13 cuando lo compramos en el mercado. ¿Por qué? ¿Quién es el culpable? Indudablemente los intermediarios y la especulación. Entonces, ¿por qué nos dejamos convencer de que las subidas de los alimentos a nivel mundial son por culpa de los biocarburantes? Por ejemplo, la cosecha mundial de arroz de este año es la mayor de la historia, es decir, no hay escasez; en cambio, los precios continúan por las nubes.


Aparte de que haya más demanda o de que los costes de producción hayan aumentado algo, la verdadera razón de las subidas es la especulación.
Y entra dentro de la lógica; la inversión en inmuebles está a la baja, en la bolsa no se gana para sustos, los depósitos bancarios tienen baja rentabilidad, entonces ¿en que pueden invertir las grandes fortunas (y las pequeñas también)? La tendencia se inclina ahora hacia las materias primas, ya sea oro, petróleo, cobre o arroz. Por lo tanto, a más demanda (aunque sea especulativa) mayor precio.

Quiero dejar claro que tengo mis serias dudas acerca de si el uso de los biocombustibles puede contribuir a mejorar el tan comentado cambio climático. Para producir energía, dejar de quemar un producto para quemar otro, no creo que suponga una diferencia notable para el planeta. Incluso lo que cuesta en CO2 de extraer y refinar el petróleo no se va mucho de lo que cuesta de cultivar, recolectar y tratar las diversas materias primas que utilizan los biocombustibles. Ahora bien, de lo que no hay lugar a dudas es que los biocarburantes pueden ser una alternativa (aunque en un porcentaje muy pequeño) al petróleo.

Y aquí llega la verdadera guerra. La que empiezan a librar los países productores de petróleo contra el resto.
¿Por qué la OPEP limita la producción de petróleo? Para que haya escasez y suban los precios. ¿A quién fastidia más que haya una alternativa al petróleo? A la OPEP.
¿Quién tiene mucho dinero para poder especular? Los que se han forrado con la subida del petróleo, o sea, los países de la OPEP.
¿A quien le interesa que los biocarburantes fracasen? A los países que producen petróleo, sobre todo a la OPEP.
¿Quién dice que los biocarburantes provocan ahora el hambre en el mundo (como si nunca la hubiese habido)? Chávez, Fidel y algunos grupos izquierdistas y ecologistas, sin duda alguna, manejados por la OPEP.

Nos quieren hacer creer que los países occidentales, en su afán por buscar una alternativa al petróleo, van a provocar una hambruna a nivel mundial. Si los precios del oro negro fuesen razonables ¿habría tanto interés con los biocombustibles?
Si el motivo de la crisis alimentaria son los biocarburantes, aumenten la producción de petróleo y se desvanecerá la amenaza de la desnutrición mundial.

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