viernes, 23 de mayo de 2008

Demagogia con el 11%


Anda el país revuelto con la dichosa subida de la electricidad. La Comisión Nacional de la Energía ha propuesto al gobierno que permita elevar a las compañías eléctricas el precio de la electricidad un 11%.
Habían empleado la táctica de siempre: el globo sonda. Ya saben en que consiste: filtran a la prensa que deberían subirse las tarifas entre un 20% y un 35%; asustan al país y esperan a ver cómo reacciona. Después dejan la subida en la mitad y quedan como los buenos de la película.
Pero en este caso, la subida es de dos dígitos y no les ha salido todo lo bien que esperaban. Sobre todo porque las elecciones generales hace muy poco que han pasado y la gente todavía recuerda una intervención del Señor Zapatero, Presidente del Gobierno en la que aseguraba que la luz no subiría más que el IPC. Poco tiempo le ha costado cambiar de opinión. ¿O ya lo sabía antes de las elecciones? (Servidor siempre haciéndose preguntas tontas).
Asociaciones de consumidores, editorialistas, políticos, blogueros... todos han puesto el grito en el cielo.

Sin embargo, y que conste que no es por llevar la contraria, yo estoy de acuerdo en que suban la electricidad ese 11% e incluso opino que se quedan cortos. Y no, no me vuelto loco ni me sobra el dinero. Me explico:
La electricidad tiene un coste de producción, como cualquier otro artículo. Pero, por razones meramente políticas, este artículo está rebajado para que el consumidor pague menos por él. La diferencia entre lo que realmente cuesta y lo que pagamos por ella es lo que se llama déficit de tarifa.
¿Hay alguien que crea que las compañías eléctricas regalan esa diferencia? Pues siento decirles que están equivocados. Entonces, ¿quién paga ese déficit? Pues nosotros, los consumidores. Pero en vez de pagarlo cuando toca, nos lo difieren para que lo paguemos más tarde. Es decir, nos vamos a pasar media vida pagando lo que ahora estamos dejando de pagar. Y no será gratis este aplazamiento; pagaremos intereses por ello. O sea, pagamos (ahora nos incluyen el déficit de hace unos años) o pagaremos lo mismo, sólo que camuflado en la factura que recibimos.

¿Tiene esto algún sentido? Yo no se lo veo por ninguna parte. Si, de acuerdo que estamos pagando a plazos una cosa. Pero, ¿es necesario pagar a plazos una cosa tan barata? Lo han leído bien; he escrito barata porque realmente lo es. Piensen que una familia normal suele gastar diariamente en electricidad lo que cuesta un café en un bar y mucho menos que el precio de un bocadillo o un paquete de cigarrillos y cuando compramos alguna de estas tres cosas no se nos ocurre pedir un aplazamiento en el pago.

La electricidad es un producto que pagamos al mismo precio pobres y ricos. Subvencionando o aplazando el pago, como ustedes quieran decirlo, se da la paradoja de que quien más se beneficia es quien más consume, o sea, los ricos. ¿Entienden ahora porque quiero que paguemos lo que realmente cuesta? Estoy en contra de pagar más por culpa de que nos suban los impuestos pero nunca de pagar por la energía lo que realmente cuesta.
La otra razón que apoya la subida es que cuanto más cara sea la electricidad más cuidado tendremos en no malgastarla y eso redundará en beneficio del medio ambiente. Aunque tengo dudas sobre el descenso del consumo por esta razón; en el último año la gasolina ha aumentado más de un 30%. ¿Ustedes ven menos coches por las calles?

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