miércoles, 30 de abril de 2008

México y el narcotráfico


Llevamos recibiendo durante demasiado tiempo preocupantes noticias sobre el negocio del narcotráfico en México y por extensión en toda Centroamérica. Los cárteles de la droga campan a sus anchas por esos países y los gobiernos no pueden (alguno de ellos tampoco quieren) parar ese sucio negocio.
Porque el problema tiene muchas facetas; por un lado inundan de cocaína y otras sustancias el mercado de EEUU, considerado el primer mercado mundial, con la lacra que eso supone para la juventud y la sociedad en general norteamericana. Por otro lado, sus ingentes ingresos les proporcionan un poder que muy pocos gobiernos pueden contrarrestar, con los consiguientes sobornos, corrupciones y sangrientas luchas por el poder.

En el informe del año 2006, la ONU afirma que los cárteles de la droga mexicanos han desplazado ya a los colombianos en la distribución de droga en EEUU. Para ir conquistando mercados y vías de distribución, han protagonizado en los últimos años sangrientos ajustes de cuentas en numerosas regiones.
El propio gobierno mexicano reconoce que ¡más de cien mil! militares han desertado del ejército, la mayoría de ellos para engrosar las filas de los grupos criminales. Estos militares pertenecen habitualmente a cuerpos de élite, cansados de recibir sueldos bajos y son extremadamente violentos.
No hace mucho, también nos llegó la noticia del descubrimiento cerca de Tijuana, en la frontera, de un centro subterráneo de adiestramiento de criminales. El arsenal encontrado allí no desmerecía al que poseen numerosos países.
Y tampoco pasan desapercibidos los anuncios por palabras, que se publican en Internet, demandando sicarios para estas organizaciones en los que se ofrece un sueldo semanal equivalente al de todo un año en cualquier otro oficio.
El problema va en aumento y se extiende ya a El Salvador, donde se han triplicado las incautaciones, en Nicaragua donde se decomisaron grandes cantidades de cocaína, Guatemala con la erradicación de 500 hectáreas de cultivos de adormidera o Costa Rica donde se decomisó la mayor partida encontrada hasta la fecha de tabletas de éxtasis.
Después del conflicto entre Ecuador, Colombia y Venezuela, en marzo pasado, los narcotraficantes tuvieron problemas para enviar la cocaína en las habituales lanchas rápidas. ¿Saben como están empezando a realizar los envíos? En una demostración de su poder económico utilizan submarinos de última generación y fabricación rusa. Algunos de ellos controlados por control remoto son capaces de cargar hasta doce toneladas de droga. Cada aparato cuesta un millón de dólares y son introducidos en Colombia por medio de las FARC (esos “compañeros” de los gobiernos progresistas iberoamericanos). Desde Colombia salen con destino a la península del Yucatán, donde hacen escala protegidos por los cárteles mexicanos. De allí hasta las calles de las ciudades norteamericanas sólo queda un paso.

Es lamentable, se mire por donde se mire. En EEUU las drogas están arruinando a la sociedad y en los países de Centroamérica, estos grupos de criminales no dejan que sus pueblos se puedan desarrollar (no les interesa). Es un drama diario que los gobiernos de todo el mundo (sí, de todo el mundo, porque no se pararán en EEUU) deberían de atajar lo más rápidamente posible. El planeta estaría mucho mejor sin ellos. Ayudémosles a erradicar esta lacra.

No hay comentarios: