martes, 29 de abril de 2008

Fernando Alonso y su mecánica


Pues sí; tal como suena. Nuestro campeón de Fórmula 1 ha tenido durante el último Gran Premio, disputado este fin de semana pasado en Montmeló a una mujer española entre su numerosísimo equipo de mecánicos dentro del equipo Renault. Aunque, por desgracia, sólo ha sido para esta carrera, nuestra compatriota ha visto cumplido uno de sus mayores sueños.
Nuestra protagonista se llama Eva Bordás, tiene 42 años y es natural de Morella, en la provincia de Castellón. Desde muy joven se interesó por el mundo de la mecánica, ya que su padre tenía un pequeño taller de reparación, a la vez que era agente de ventas de Renault. Ya en su época universitaria, estudió Ingeniería Técnica y el proyecto final lo hizo en la Facultad de Ingeniería Superior y trató sobre “instrumentación de un motor Renault”; ya iba encaminada hacia su sueño. Hoy en día es la encargada de la empresa familiar, Talleres Honorio.

Sólo hasta aquí, la historia ya resulta extraordinaria; en un oficio marcadamente dominado por los hombres, que una mujer haya llegado, después de estudiar una ingeniería industrial, a encargada de un taller mecánico (aunque sea familiar) ya tiene mérito. No habrá muchas mujeres dentro de la profesión, pero entre ellas, pocas serán las encargadas del negocio.
Pero Eva no se conforma con sus logros y quiere mejorar. Ni corta ni perezosa hizo el Curso de Coordinador Técnico de Renault, con muy buenos resultados. Tan buenos que cuando la empresa francesa de automóviles eligió a un mecánico, dentro de un programa que tienen en marcha en todos los países que visita el circo de la Fórmula 1, se fijaron en ella.

Durante cuatro días ha vivido como en un sueño. Desde su llegada el jueves ha convivido en el box de Alonso con todo el equipo de mecánicos, donde abundan ingleses y franceses (ningún español). Se ha sentido perfectamente integrada en el equipo “casi como uno más” ha manifestado. Aunque Eva es sensata y ya sabía que no la iban a dejar tocar casi nada, se llevó una gran alegría cuando el sábado por la noche, ya de madrugada (que allí se va a trabajar) le dejaron hacer algunas cosas como limpiar los piñones de la caja de cambios.
Incluso el domingo, sus compañeros del box le hicieron un regalo: una pulsera montada en una abrazadera del motor, que a ella le ha hecho más ilusión que si fuera de diamantes.
De su experiencia, ha sacado ideas que piensa aplicar en su taller como un calibrador digital para medir o un líquido que enfría las piezas antes de colocarlas para que entren más fácilmente y después, al calentarlas, volver a su tamaño original.

Todo un ejemplo de amor por su trabajo y de afán de superación en un mundo, la mecánica del automóvil, dominado abrumadoramente por el sexo masculino. Las mujeres siempre han estado históricamente discriminadas en el mundo laboral. Demasiado poco a poco, las cosas están cambiando, pero no debido a las artificiales políticas de igualdad y listas paritarias de nuestro gobierno, sino al esfuerzo de las mujeres, demostrando que son iguales (si no mejores) que los hombres en sus trabajos.
A Eva no le ha hecho falta que la favoreciesen; se lo ha ganado ella solita, con su trabajo.

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