martes, 23 de octubre de 2007

MAS QUE HUELLA, PISOTÓN ECOLÓGICO


Un reciente informe sobre la huella ecológica demuestra que España consume y genera casi tres veces, concretamente 2,6 veces, la biocapacidad de su territorio. Ustedes se preguntarán. ¿Qué es esto?. Intento explicárselo brevemente.
La huella ecológica es un indicador que fija la superficie en hectáreas necesaria para producir los recursos utilizados y asimilar los residuos producidos por la población que vive en ese territorio. Según los datos recogidos en este informe, el nivel de insostenibilidad de nuestro territorio es de un 260%, es decir, consumimos y producimos deshechos 2,6 veces lo que es capaz de aguantar nuestro país.
Cada español necesitaría disponer de 6,4 hectáreas de terreno para quedar empate con la naturaleza. Obviamente, si dividimos nuestro territorio por los habitantes que somos no tocamos ni de lejos a esa cantidad de hectáreas.
Lo peor es que la huella ecológica va a seguir aumentando de manera significativa hasta el año 2020. Incluso si llegáramos a ejecutar el 80% de las políticas puestas ya en marcha y de las que se esperan ejecutar hasta ese año (caso bastante improbable), sólo lograríamos que el nivel en el 2020 fuese el mismo que el que hay ahora.
¿Les parece una barbaridad? A mi también. ¿Con estos números demenciales deberíamos estar en la última posición en el ranking mundial? Pues no. Cuando más industrializado está un país peor para la huella ecológica. Así Estados Unidos nos cuadruplica y Japón y el resto de Europa casi nos duplican. Pero vamos, que es como ser el tuerto en el país de los ciegos.
Parece ser que últimamente sólo nos preocupamos por dos palabras: cambio climático.
De que sólo nos preocupe eso se ocupan el premio Nóbel Gore y los miles de conferenciantes y articulistas que viven de este fenómeno. El resto de los asuntos ecológicos y de medio ambiente pasan desapercibidos y así nos luce el pelo. Talamos o quemamos los bosques y no los replantamos, desperdiciamos el agua en miles de averías porque es más cara la reparación que la factura del suministro, la mayoría selecciona poco y mal la recogida selectiva de basuras, aplaudimos las iluminaciones estrafalarias con que algunos ayuntamientos quieren realzar sus ciudades derrochando la electricidad, cogemos el coche para ir a doscientos metros de nuestras casas y otros muchísimos, miles de casos más.
Pero no piensen que son los otros los que hacen cosas como las descritas anteriormente.
De estas malas costumbres no nos libramos nadie. Ni el más acérrimo de los ecologistas. Ni, por supuesto, Al Gore.

- ¿Tú sabes que son esas lámparas raras que hay en las terrazas de los restaurantes en invierno?
- Son estufas, Don Graciano. Para que no pasen frío los clientes.
- ¿Y porqué cenan afuera si dentro el restaurante hay sitio? Malgastan energía.
- Así es, Don graciano, así es.

No hay comentarios: