jueves, 4 de octubre de 2007

DOS ANIVERSARIOS


Dos efemérides tecnológicas se celebran estos días. Ambas han cambiado la vida de la gente aunque de manera muy distinta.
La primera de ellas es el cincuenta aniversario del lanzamiento del primer satélite orbital. El 4 de Octubre de 1957 se lanzó al espacio el famoso Sputnik. Fue el primer artilugio lanzado al espacio por el hombre capaz de comunicarse con la tierra. Con él, la ya extinta URSS se adelantaba a los Estados Unidos e iniciaba lo que posteriormente se denominó la carrera espacial: el pique entre las dos superpotencias por hacerse con el control del espacio. Una cruenta lucha, enmarcada en la guerra fría, por lograr éxitos que encumbraran a su país en detrimento del otro, para demostrar que su sistema político era mejor.
Afortunadamente las cosas han cambiado a mejor durante estos cincuenta años. La supremacía espacial la ostentan los Estados Unidos aunque la mayoría de las misiones espaciales cuentan con la colaboración de muchos de los países desarrollados. Durante estos años la Unión Europea, Japón y algunas de las nuevas potencias como China han hecho sus pinitos espaciales y entre todos están consiguiendo que la aventura espacial sirva para mucho más que para demostrar la potencia militar de uno u otro país.
Los experimentos científicos, técnicos y médicos que se desarrollan en las misiones contribuyen a mejorar la vida en el planeta. Los satélites, tanto científicos como de comunicaciones, consiguen que nuestras vidas sean un poco mejor. Esperemos que sigan por esa senda.
La otra efemérides que se celebra es el treinta aniversario de la utilización del código de barras en España. Tal día como hoy, una cajera de Valencia pasaba el primer artículo por un lector de código de barras. Parece que hace cuatro días que los paquetes de cereales llevan esas rayitas con esos numeritos curiosos en el envoltorio pero ya hace treinta años que conviven con nosotros, Realmente se inventaron treinta años antes, pero a España tardaron un poco en llegar.
Hoy en día son 24.000 las empresas españolas que los incorporan en sus envases y no es posible imaginar un pequeño o gran supermercado que no disponga de su correspondiente lector de código de barras. La gestión de almacén, dado el aumento de productos y marcas existente, ya no sería posible sin ellas.
Dentro de poco desaparecerán sustituidas por un chip que funciona por radiofrecuencia y que parece que puede aportar mucha más información.
Son esos pequeños inventos tecnológicos que, aunque parecen insignificantes y que sólo sirvan para las grandes multinacionales, con el tiempo alivian el trabajo de mucha gente.

- ¿ Sabes que esas rayitas en los botes de las medicinas sirven para identificarlas?
- Claro que si, Don Graciano. ¿Por qué lo pregunta?
- Pues porque me he pasado media vida creyendo que el número que llevaban era el del teléfono del fabricante. Era muy largo pero como creía que era del extranjero...

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