martes, 25 de septiembre de 2007

EL LOCO DE IRAN


Anoche dio una conferencia en la Universidad de Columbia el presidente de Irán Mahmud Ahmadineyad. Sinceramente no sé sobre que trataba la conferencia porque desconozco sobre que temas atesora este individuo sabiduría. Lo que si que parece es que dio otra demostración de lo peligrosa que puede llegar a ser su locura y la de parte de su pueblo.
Me refiero a él como loco porque creo que efectivamente lo está, aunque la faceta en la que más destaca es en la de provocador.
Haciendo un poco de historia, este hombre es el que ha manifestado en diversas ocasiones que desearía ver destruido el estado de Israel, que el holocausto judío con los nazis solo es fruto de la imaginación de los primeros y que en realidad no existió, que proporciona armas y preparación bélica a los chiíes de Irak y a los talibanes de Afganistán y que está preparando a toda velocidad reactores nucleares para fabricar armas, aunque él diga que es para producir electricidad.
En realidad lo que no tiene es un pelo de tonto. Para conseguir sus objetivos no ha dudado en desviar la atención de la comunidad internacional de todas las maneras posibles, desde hacerse pasar por un demente hasta provocar la ira de la comunidad musulmana con aquel ridículo asunto de las viñetas de Mahoma.
Según los analistas militares de Estados Unidos (siempre hay que poner un poco en entredicho a estos señores) sus siguientes pasos para continuar con su estrategia van a ser un ataque desde Líbano y Siria contra Israel como respuesta a la invasión de este último de la franja de Gaza (para provocarla algunos palestinos descerebrados lanzan cohetes de escasa potencia contra posiciones judías que no provocan ni el insomnio de sus habitantes) que provoque un gran revuelo que aleje el centro de las miradas del programa nuclear iraní. Posteriormente, y si les atacan, minarían el Estrecho de Ormuz con lo que provocarían una gran crisis petrolífera mundial, dando tiempo a conseguir la tan ansiada bomba atómica, que los expertos cifran que pueden tardar en tener dos años. Ojalá todos estos expertos se equivoquen y estén exagerando porque el panorama es desalentador.
Sin embargo, y siendo grave todo lo comentado, la situación en la que viven los iraníes es incluso mucho peor. Sus mandatarios dicen que viven en un país democrático. ¿Ustedes se lo creen? ¿Conocen algún país árabe democrático? Como en cualquier otro país musulmán, las mujeres son vejadas y consideradas ciudadanas de segunda o tercera categoría, hay niños mancos porque les han cortado las manos al pillarles robando comida, los chantajistas son castigados con la muerte, al igual que los secuestradores, narcotraficantes, violadores y, asómbrense ustedes, adúlteros y homosexuales. A principios de este mes ahorcaron a 21 personas por diversos motivos que se suman a los ya ejecutados en meses anteriores. Los derechos humanos pisoteados como en cualquier otra dictadura.
¿Cuál es la reacción que esta barbarie ha generado en nuestro país? Pues más bien poca.
¿Han visto a los artistas del “no a la guerra” alguna vez criticar al régimen iraní? ¿No? Ah claro, que por hacer eso no te subvencionan las películas.
¿Y a las feministas? ¿Y a los homosexuales? Está claro, los musulmanes tienen bula.
¿Y nuestros dirigentes? Pues Zapatero continúa empeñado con su “alianza de civilizaciones” de la cual el presidente iraní es uno de sus máximos defensores.
Más valdría que actuara como dirigente de un país democrático como es el nuestro, se dejara de chorradas y denunciara las atrocidades, exigiendo que se cumpla con los derechos humanos en su país.
Que aprenda del rector de la Universidad de Columbia que, cuando estaba presentándolo, dijo de él que era un dictador y que no estaba de acuerdo con nada de lo que hacía.
Y que aprendan también nuestros dirigentes que tanto critican a los yanquis: esto es libertad de expresión. ¿En cuantos países árabes hubiesen dejado dar una conferencia en una universidad al presidente de los Estados Unidos?

- Le veo preocupado, Don Graciano. ¿Qué le ocurre?
- Es que no entiendo lo de la alianza de civilizaciones. Una alianza la componen aliados y los aliados son aquellos que piensan de manera similar. Entonces, ¿por qué queremos aliarnos con el régimen iraní?
- Yo tampoco lo entiendo, Don Graciano.

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