miércoles, 27 de junio de 2007

FONDOS DE INVERSIÓN ECOLÓGICOS

Leo en las agencias de prensa que el banco privado suizo Pictet recomienda desde ahora a su rica clientela invertir una parte de su fortuna en fondos especializados en el desarrollo sostenible.
Este banco, cuyo economista jefe dice que es posible que actualmente vivamos en la fase más próspera de la historia económica del mundo, apostó ya hace siete años por un fondo basado en el agua y hace apenas dos meses lanzó un fondo especializado en las energías limpias. Aparte de esto, su compromiso con el medio ambiente se extiende a sus propios empleados promoviendo el transporte colectivo, la utilización de videoconferencias en lugar de viajes a lugares remotos del mundo en avión y la utilización de productos elaborados cerca de sus oficinas para evitar los transportes de mercancías.
Entre todos nos tenemos que concienciar que el mundo en que vivimos es el único del que vamos a disponer y que como no lo cuidemos nos pasará lo mismo que a los suicidas: ellos pierden la vida y todos nosotros perderemos el planeta.
Iniciativas como la del banco suizo ayudan a estos propósitos y a que podamos disfrutar en el futuro de una mejor vida que la que nos espera si no tomamos ninguna medida para evitar el desastre.
Dicho todo esto, me quedo con la mosca detrás de la oreja. Todos sabemos que las energías limpias, aunque muy saludables, son económicamente deficitarias. También sabemos que los poderosos clientes del banco Pictet, por muy altruistas que sean, cuando invierten en un fondo de inversión lo hacen para ganar dinero. Algo no cuadra.
Para que los productores inviertan en energías renovables los Estados deben incentivar la construcción de las instalaciones y la posterior subvención de la energía que producen. Queda claro que cuanto más invierta el estado en subvenciones más dinero ganan las empresas productoras y, en consecuencia, más dinero ganan los inversores. El Estado, que somos todos no lo olvidemos, no es una hermanita de la caridad y sólo gasta el dinero cuando hay una presión social que lo hace incomodar, en este caso, la preocupación general por la salud del planeta.
Voy a ser malpensado por unos segundos: ¿no sería realmente fácil para los poderosos inundarnos con informes catastrofistas para que la gente se movilice y presione a los estados para que gasten más dinero? ¿Nos están vendiendo el Apocalipsis para que al final se forren unos cuantos (los de siempre)? Después del agujero de la capa de ozono, como dirían los de marketing ¿han creado una nueva marca comercial con lo del cambio climático para ser los primeros en dar soluciones al problema creado y así poder ganar mucho más dinero?
Dejémonos de tribulaciones inútiles y aplaudamos la iniciativa del banco suizo. No podemos ser los suicidas del planeta Tierra.

- Ahora que has empezado a ganar dinero trabajando, Paco, seguro que vas a dar la entrada para un pisito o ...
- No. Voy a invertir en ecología.
- ¿Tú crees que es una buena inversión?
- Si invierten en ello los grandes capitales, estoy seguro de que el negocio va a salirme redondo.
- Pues creo que vas a tener razón, Paco.

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